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En numerosas ocasiones la publicidad a la que nos enfrentamos no es del todo real, las metáforas y exageraciones pueden llegar a ser mentiras, o así lo creen algunas personas. Un ejemplo claro es el que se ha dado recientemente con la llamada "Power Balance". Encontramos el siguiente artículo en el ABC:
"La empresa Power Balance, que comercializa pulseras que presuntamente proporcionan fuerza a quien las lleva, tendrá que indemnizar con 57 millones de dólares a un grupo de clientes de Estados Unidos que presentaron una demanda por publicidad engañosa, informó hoy la web de celebridades TMZ.
Además, la web asegura que la empresa se declarará en bancarrota debido por no poder hacer frente a ese desembolso, aunque la compañía se apresuró a desmentirlo en su cuenta de Twitter.
Un grupo de consumidores presentó una demanda colectiva el pasado mes de enero ante una corte federal de Los Ángeles asegurando que fueron engañados cuando la empresa les prometió un producto 'científicamente probado' para mejorar el equilibrio, la flexibilidad y la fuerza.
Las pulseras Power Balance están hechas de silicona o neopreno y llevan un holograma, dotando presuntamente al que las lleva puestas de más fuerza y equilibrio.
En Estados Unidos se comercializan por unos 30 dólares y se pusieron de moda hace unos años cuando varias personalidades empezaron a dejarse ver con ellas en público, como el piloto de Fórmula Uno Rubens Barrichello o el jugador de fútbol americano Drew Brees.
En España, la Junta (gobierno regional) de Andalucía le impuso una multa de 15.000 euros (más de 20.000 dólares) a la compañía en noviembre de 2010 también por publicidad engañosa, tras una demanda presentada por la asociación de consumidores Facua."
La publicidad que ha llevado a cabo Power Balance es el caso que estamos analizando, engañosa. Y ahora la empresa tendrá que pagar las consecuencias. Por lo que hay que tener mucho cuidado con la publicidad que se hace.
Fuente:
http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=1010488
Esta claro, que la publicidad engañosa tendría que eliminarse en gran medida, ya que da lugar a equivocos y a que la gente desperdicie el dinero en cosas que no valen para nada.La publicidad debe convencerte para comprar algo, pero no podemos dejar que "nos tomen el pelo".Por eso creo que la inciativa de demandar a esta empresa es la correcta, y nos acercará un poco más a una publicidad menos engañosa, y que nos permita de verdad elegir un producto por lo que es y no por lo que nos hace ver que es.
ResponderEliminarDefinitivamente está mal, al igual que la publicidad subliminal esta también debería de estar más controlado hasta que no hagan falta demandas colectivas para frenarles los pies.
ResponderEliminarAunque no entendemos totalmente como funciona este tema, a nuestro parecer cuando una empresa hace publicidad engañosa, en el caso de que esta empresa sea demandada y considerada culpable de publicidad engañosa, como es el caso, la sanción se resume a que se retire la publicidad objeto de la denuncia.
ResponderEliminarPor tanto, creemos que los publicistas deben tener muy en cuenta que existen diversas organizaciones con la facultad de verificar y controlar los diferentes anuncios publicitarios e incluso tomar medidas. Pero… ¿es esto suficiente?, es decir, ¿qué ocurre con el daño causado a otras empresas o consumidores?
La publicidad engañosa es aquella que induce o puede inducir a error a sus destinatarios, puede afectar al comportamiento económico o perjudicar a un competidor e incluso a quien adquiere el producto. Los compradores solicitan un servicio que no van a recibir en ningún momento, pagan por algo de lo que no van a poder disfrutar. Por ello, hacer uso de la publicidad engañosa no está permitido, está penalizado.
ResponderEliminarLos publicistas no deberían hacer uso de la misma dado que su imagen, así como su producto pueden verse perjudicados, e incluso los propios clientes. Ante esto, deberían tomarse medidas previas a que la publicidad llegase a la calle, y así evitar problemas futuros.
Muy de acuerdo con el comentario del grupo VI. Gracias por la aportación.
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